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miércoles, 16 de noviembre de 2011

Cuidado de los caballos

Cuidado de las patas.

La inmensa mayoría de las consultas realizadas al veterinario en relación con nuestros caballos se refieren al cuidado de sus patas.
Y no es de extrañar; el caballo es un animal de un volumen importante y gran peso, que reparte entre cuatro delgadas extremidades que finalizan en pequeños pies. A pesar de esto es capaz de correr a gran velocidad cargando con un jinete o bien realizar trabajos que le suponen un serio esfuerzo físico.
A nadie se le escapa la enorme importancia de mantener en perfecto estado las extremidades de su caballo, pero pese a ello, muchos aún dejan de lado las atenciones básicas que deben realizarse.

Esquilado.

Es algo antinatural en un caballo, pero existen múltiples razones por las que un caballo debe de ser esquilado; todas ellas son de gran importancia:

  • El animal bien esquilado trabajará mejor, sin el estrés que sin duda le produce el pesado pelaje.

  • La no presencia de pelo evita el sudor, y todos los problemas que éste puede originar; entre ellos y como uno de los más importantes, el frío: la gruesa capa de pelo retiene el sudor y tarda mucho tiempo en secar, lo que sin duda puede causar enfriamientos cuando las temperaturas son bajas.

  • Razones higiénicas: las zonas cercanas a heridas deben encontrarse perfectamente limpias de pelo, para evitar cualquier tipo de infección.

  • Razones estéticas: un caballo bien esquilado resulta, sin lugar a dudas, mucho más estético.

Cada una de estas razones por sí misma resulta más que de peso para decidirnos a esquilar a nuestro animal.

Limpieza del caballo.

Se trata de una forma de limpieza únicamente aconsejable en caso de que el caballo esté sucio de grasa, ya que el exceso de jabón reseca la piel del animal, llegando a producirle picores e incluso dejándola sin brillo (si no es más conveniente lavarlo únicamente con agua).Para duchar al caballo con agua y jabón es recomendable seguir estas pautas:

  • Utilizar jabones especiales.
  • Aplicar el jabón una única vez (no hay que aclarar y volver a enjabonar).
  • Utilizar agua caliente.
  • En invierno conviene lavar al animal por partes, utilizando una manta para cubrir el lugar del cuerpo que no estamos limpiando. Si estamos a baja temperatura conviene ser rápidos en el baño y, una vez terminemos, secar y cubrir de inmediato al caballo para que no coja frío.

  • Existen esponjas especiales, le recomendamos que utilice una para el enjabonado y otra para el aclarado.
  • Para enjabonar realice movimientos circulares sobre el cuerpo del animal.
  • No enjabone la cabeza del caballo.
Realizado por Jose Antonio Montiel

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