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domingo, 30 de octubre de 2011

Cuidados básicos de los gatos.

Anteriormente hemos tratado los cuidados que deben recibir los perros, y ahora vamos a centrarnos en los cuidados básicos de los gatos.

Adaptar su entorno.

Hay que trasladarlo en su caja o cesta de viaje. Llegado a su nuevo hogar, deje que el gato indague por la casa con toda libertad, que no se sienta cohibido porque se asustará y se esconderá en el primer rincón sin querer salir en un rato.

Esconda los cables de los electrodomésticos, proteja los mandos de la cocina, retire los utensilios que sean cortantes y ponga los objetos de valor lo más alto posible hasta que lo eduquen a no tocarlos.
Cuidado con productos de limpieza o tóxicos.

Resguarde sus plantas preferidas con tela metálica o póngalas en alto de momento, hasta que averigüe si son o no tóxicas para el felino:

Plantas a evitar en casa: Philodendro, Dieffenbachia, Hiedra, Caladium, Adelfa, Azaleas, Ortigas, Poinsetia. Algunas son irritantes, otras alucinógenas y otras provocan trastornos del sistema gastroentérico (vómitos, diarreas, etc.)

Alimentación.

Si un gato no pudo ser amamantado por su madre, debemos obtener leche que sea lo más parecida a la materna, que no es la de vaca, bien en tiendas especializadas, en el veterinario, o, en su defecto, leche en polvo infantil un poquito más concentrada que como se les da a los bebés.

Los gatos tienen muy desarrollado su sistema olfativo, por lo que su comportamiento depende en gran medida de los olores. Se suele decir que son muy sibaritas. Si se habitúan desde pequeños a una alimentación, será difícil variarla en el futuro. En la naturaleza, los gatos, como son felinos y por tanto cazadores, ingieren comida sólida a las cuatro semanas de nacer, pero en su vida casera se puede retrasar hasta las seis semanas.

La consistencia de la comida también es importante. Fundamentalmente, debe ser seca. Se les puede dar comida de lata, más blanda, de vez en cuando o para administrar algún fármaco, pero no es aconsejable remojar el alimento o que lo tomen siempre húmedo.

Educación y comportamiento.

Los gatos pasan tres cuartas partes de su vida durmiendo, en total de 16 a 18 horas diarias. Escogen los lugares de la casa que más cómodos o tranquilos les resultan; en invierno, los más calientes, y en verano, donde la brisa no sea muy fuerte pero estén fresquitos. Casi siempre realizan periodos cortos de sueño que transcurre durante el día, ya que su mayor actividad comienza al atardecer y durante la noche.

Los dueños noveles de gatos advierten este comportamiento y se asustan de su ritmo nocturno, pero existen soluciones para lograr que no perturbe las horas de dormir. Hay que hacerles jugar durante las últimas horas del día y conseguir que se cansen. También se les puede colocar la comida minutos antes de irse a acostar para que luego descansen y, por supuesto, hay que educarles para que no maúllen o no incordien por la noche.

Puede suceder que los gatos viejos sufran alteraciones en su sueño y nos busquen o maúllen por la noche cuando antes no lo hacían. Esta alteración de comportamiento puede ser síntoma de algo más que mimos o ganas de jugar. Si requiere nuestra atención de forma insistente, habrá que llevarlo al veterinario para que le realice una exploración.

Realizado por Jose Antonio Montiel

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